domingo, 23 de diciembre de 2012

No hay que llorar, letra


Porque alguna que otra no ha podido oír el audio de la entrada anterior por razones diversas (estar en el curro, mirarlo desde el móvil -que no admite la aplicación-, el omnipresente ruido de la Navidad, etc.). Y porque, a veces, da más gusto leerlo sin voz, con los ojos, allá va, la letra:



De niña me decían
no hay que llorar,
y luego, ya crecida,
hay que llorar.
Y yo, que soy rebelde,
no he querido aprender
ni a llorar ni a dejar
de llorar.
Así que lloro a veces
a la hora de la siesta
o en los días de fiesta.
Y otras veces no lloro
ni muerta
aunque me pille el dedo con la puerta.
Mis lágrimas son mías
mías mías
y de nadie más
y las quiero bien vivas.

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